FANTÁSTICA EXPERIENCIA EN EL CONGRESO EUROPEO DE BIODANZA
La biodanza como vía de autoconocimiento y crecimiento personal
Siempre me gustó bailar, durante años he practicado diferentes tipos de danzas y bailes, de manera intuitiva sentía que mover el cuerpo acompañado de la música me ayudaba a trascender procesos internos y me colocaba en otro nivel de vibración.
Hace más de siete años practico biodanza, pienso que es una herramienta fantástica que integra cuerpo y emociones, alineando al ser humano con su ser esencial.
Este fin de semana he participado en el Congreso Europeo de Biodanza, personas de más de treinta países desde Rusia a Brasil pasando por Alemania, Francia...se han unido para danzar con la vida juntos .En la primera ronda inicial salía cada grupo representando sus lugares de origen. Podía ver la belleza de cada uno como ser individual en su singularidad y al mismo tiempo sentía que todos éramos uno, ciudadanos del mundo, habitantes de la tierra.
La tierra como la gran madre que nos acoge a todos sin distinción, nutriéndonos y amándonos completamente desde un amor incondicional, expansivo y total.
En cada ejercicio experimentaba la conexión profunda con otros desde el contacto y la mirada. No sabía el nombre de mis compañeros, ni siquiera si hablaban mi lengua, pero si podía comunicarme a un nivel más profundo en el lenguaje universal del alma.
Mirar a través de sus ojos, sentir su alegría o su dolor, transitando juntos en el movimiento vital y perfectamente diseñado por el facilitador.
En los procesos personales, la unión mente, cuerpo y espíritu es la base fundamental para el crecimiento, todas las terapias humanistas tienen como base este concepto. Desde la biodanza integramos de manera inconsciente esta percepción integral del ser humano.
En definitiva ha sido una experiencia muy enriquecedora teñida de amor, libertad y apertura a todos y a todo .Nos han acompañado las olas de un Atlántico bravo y cálido acunadas por melodías del espíritu, y un bosque mágico de pinos encallado en las arenas blancas de las costas de Cádiz.
Belleza a raudales expandiéndose por todos lados, llenando mi corazón desde lo más profundo.
En estos momentos me siento danzando con la vida, con el mundo, conmigo misma en una danza de amor expansiva.